No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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jueves, 31 de julio de 2014

SCARBOROUGH 3: Doble Filo



Lo que voy a relatar es la historia extraída de unas exhaustivas conclusiones a raíz de una extensa investigación sobre el pueblo inglés en el que estoy viviendo y que recibe el nombre de Scarborough -si es que lo he escrito bien-. Bueno, en realidad es una serie de observaciones superfluas, pero qué más da. Al menos he encontrado la manera de poner las tildes en el teclado.

Scarborough, como ya dije, te da la primera impresión de pueblecito en la costa en el que se vive un remanso absoluto de paz. Lo cierto es que hay zonas espectaculares para ello, desde un complejo de Spa que se anuncia en un cartel cada cien metros hasta grandes zonas donde se respira naturaleza  por los cuatro costados. Incluso sobre las ocho de la tarde, momento en el que la inmensa mayoría de la población se encuentra ya inmersa en un profundo sueno -no, no he encontrado todavía la manera de poner la N de EspaNa-, se puede pasear por las calles escuchando poco más que la brisa de la playa o los graznidos de las doscientas mil gaviotas que pueblan este lugar.

Y además, las vistas de Scarborough son magníficas. Ya dije que todo sitio en el que me encantaría vivir debería tener naturaleza y mar. Aquí puedes pasear por sendas plagadas de vegetación -más propia de las Amazonas- y acabar en la playa, o subir a un castillo y contemplar el hermoso paisaje que dibujan los bellos prados, con las casitas británicas a lo lejos y el mar de fondo. Sí, uno querría despertarse con esa visión todas las mananas -sí, maNanas-.

Y a los que dicen que no se puede hacer nada en este "pueblo de jubilados", os diré que Scarborough está plagado de supermercados, centros comerciales, parques, feria, playa y abundantes sitios de comida rápida. Pero sobre todo bares. Y una estupenda librería en la que estoy ahora mismo y en la que tengo que cambiarme de ordenador cada media hora para poder seguir gorroneando Internet.

Ahora, al igual que el doctor Jekyll y el señor Hyde, Scarborough tiene un lado oscuro, casi siniestro. Empezando por las gaviotas que te miran fíjamente a los ojos posadas en una papelera mientras tiras un envoltorio. Siguiendo por lo negro que se vuelve todo por la noche, cuando parece que las nueve son las cuatro de la manana en cualquier lugar del mundo. El ambiente es desolador, y no es difícil encontrarte con gente chunga y tener miedo. El otro día iba a TESCO y para entrar tienes que hacer un laberinto de cojones. Yo ya pensaba que era una trampa de dos tipos con chupa que iban detras de mí y querían extraerme los órganos.


En Scarborough hay decenas de contenedores por calle y presumen de tener los jardines cuidados y los puentes recién pintados. Pero, como podemos ver en la foto, hay rincones que dejan mucho que desear.

Sí, este parece un lugar tranquilo, pero aquí hay movimiento contínuo mientras el sol esté en lo alto. A veces hay que esperar hasta diez minutos para pasar de una calle a otra. Aparecen coches por todas partes. Hay cruces enormes en los que no hay semáforos y en la acera se ven calaveras de gente que murió esperando para pasar.

Y luego, a cada hora, uno de esos coches es una ambulancia o un furgón policial. Es verdad que he visto en películas cómo bomberos rescatan a gatitos en las copas de los árboles, pero no creo que lleguen a ese punto -o sí-. El caso es que aquí a cada rato pasa algo. El otro día, hubo una pelea en un bar y la policía acudió para obligar al que había empezado a que pidiera perdón. Éste lo hizo y los agentes se retiraron sin detener a nadie. Ah, y uno de los primeros carteles que leí nada más llegar fue uno de la comisaría de Scarborough, que avisaba de la búsqueda de un hombre por triple asesinato. Casi nada.

La delincuencia aquí es un hecho, y parece que no se llevan a cabo las medidas pertinentes para detenerla. En lugar de eso, se obliga a pedir perdón y se empenan -sí, empeNan- en construir calles sin salida para que cualquiera se despiste y acabe en las manos de la mafia inglesa.

Aunque el mayor crimen, y ya hablo en general de todo Reino Unido, es el de cobrar comisión cada vez que se saca dinero de la tarjeta. Mira que EspaNa hace cosas mal, pero por lo menos si voy a mi banco no tengo que pagar por extraer efectivo de mi cuenta. Aquí te roban los ladrones y las empresas.

Capítulo 1: Otro Mundo
Capítulo 2: La Vida al Revés

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