No señores, no se ha acabado el mundo. Hemos sobrevivido al año 2012. Sin embargo, la profecía de los mayas sigue vigente. El 21 de diciembre acabó una Era y empezó otra, la Era del Conocimiento y la Sabiduría. Esta Era da paso a una purificación absoluta en la humanidad, por el bien de nuestro querido planeta y ser vivo, la Tierra. Podríamos estar hablando de otro Apocalipsis. Las profecías mayas son infalibles, por lo tanto es más que probable que los próximos años sean los últimos de tu existencia. Y en este blog vamos a disfrutarlos al máximo ;)
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martes, 4 de febrero de 2014

Lunes, noche de fútbol

Capítulo nº 14 de la segunda temporada de 'Cómo Conocí a Vuestra madre'. Día: Domingo. Lugar: Bar MacLaren's. Ted, Marshall, Lily, Robin y Barney se reparten las tareas para tenerlo todo preparado. Esa noche se celebra la Super Bowl y se ha convertido en una tradición verla todos juntos con alitas de pollo, patatas, salsa y cerveza. 



Por desgracia, nuestro grupo de amigos tiene que ir casi obligado al entierro de un camarero que no recuerdan ni quién es. Se alargó tanto el velatorio que tuvieron que esperar al día siguiente, por lo que trataron de no enterarse del resultado hasta las seis de la tarde, momento en el que habían quedado para seguir con su tradición favorita. Por unas cosas u otras, todos se enteraron del resultado, pero acabaron viéndola tan felices como siempre.

Reconozco que ese capítulo me marcó. Y por eso el año pasado mi hermano y yo vimos la Super Bowl entre los 49 ers y los Ravens en un link de internet que se paraba cada dos por tres a las tantas de la madrugada, comiendo alitas y bebiendo cerveza. Tras el espectáculo de Beyoncé al descanso, hubo apagón en el estadio y me fui a dormir. Fue una bonita experiencia, pero había que superarlo. Por eso, este año hemos querido recrear prácticamente la tradición de Ted, Marshall y compañía.

¿Cómo? Vimos el partido el lunes, tras descargarlo por internet en trozos -tuvimos que adquirir una cuenta Premium porque no nos daba tiempo-. Nos hinchamos a alitas, nachos con queso, patatas fritas y cerveza en casa de Samuel, y disfrutamos de la soberana paliza que le endosaron los Seahawks de Seattle a los Broncos de Denver (43-8). Las únicas diferencias fueron que ninguno sabíamos el resultado -salvo mi hermano, que el muy listo se metió a la web de Marca sin querer- y que si alguien apostó -que fui yo- se llevó 30 € en lugar de perderlo todo -como le pasó a Barney-. 

Fue uno de los mejores días de los últimos años. Una tarde para pasar en compañía, viendo un deporte "totalmente extraño" -en palabras de mi hermano- y haciendo posible uno de los mejores capítulos de una serie antológica. 


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